Lección
#88
Cosechando
miel
Para
iniciar con este controversial tema, pongamos las reglas del lingo o lenguaje
con las que hablaremos.
Cuando
hablamos de miel, esto es el néctar floral, que después de colectado, ha pasado
por los buches o estómagos de las abejas, transportado desde las flores y ha
sido depositado en las celdas. Ya en las celdas, el contenido de agua de 83% y
de un 17% en sólidos, es revertido a un 83% en sólidos y un 17% en agua.
El néctar es
la substancia dulce que sale de las flores.
Usualmente,
la mayoría de nosotros extraemos la miel, cuando termina el flujo de néctar o “melada”,
que es cuando la floración llegando a su cúspide, termina de producir
cantidades substanciales de néctar y las abejas ya no llenan los bastidores con
la rapidez deseada. Para los que con ansiedad esperan la cosecha, o que les
gusta o necesitan cosechar unos cuantos bastidores a la vez, tenemos que
verificar que para extraer miel, tenemos que dejar que la miel este al 80%
operculada o “tapada” con cera que es el indicador que las abejas nos dan, para
señalar miel que está madura. Si el resto de la miel en las celdas, esta sin
opercular, se debe de verificar que la miel ya este madura para la extracción.
La forma más
fácil para determinar si ese bastidor que no ha sido totalmente operculado
contiene miel madura, es tomar el bastidor y volteándolo con las celdas
apuntando hacia abajo, se le da un golpecito al bastidor con la palma de la
mano. Si observas que del bastidor salen gotas de néctar, la miel no está
madura. Si la cosechas con un alto contenido de agua, y la almacenas, la mescla
de miel madura y néctar que aun no ha alcanzado la madures, tu mescla completa
se te puede echar a perder por el exceso de humedad. La fermentación de mieles
no maduras, es un error común en los apicultores novatos y desesperados. Si te
gusta el vinagre de miel, o la cerveza o vino de miel, estas mesclas son
perfectas para eso. La virtud absoluta de una extracción de miel exitosa, es
tener la paciencia necesaria para saber esperar. Para los que no contamos con
muchas alzas para levantar torres, la extracción hormiga o por unos cuantos
bastidores a la vez, puede evitar que las abejas se enjambren por falta de
espacio para almacenar miel.
Nunca dejes
tus alzas después de la última floración antes del invierno. De hacerlo, la
reina al dejar su postura como respuesta a la llegada del invierno, dejara la cámara
de postura vacía, y las abejas transportaran la miel de las alzas, a la cámara de
postura. Si dejas las alzas hasta el momento que la temperatura baja, la miel
se cristalizara o se hara tan viscosa, que su extracción será difícil de
efectuar. Es siempre mejor extraer la miel cuando la temperatura es alta, y
cuando las abejas aun tienen unos días extras de flujo de néctar, para que al
verse sin reservas, busquen con gran diligencia reponerse de la cosecha que has
realizado.
Al momento
de la extracción, y si no piensas ya instalar tus alzas, es bueno dejar que las
abejas limpien las alzas de toda miel que se haya quedado en las celdas. También
es bueno, si al extraer tu miel en una sala de extracción, que solo dejes una
ventana iluminada al final del día, para
que las abejas que siempre encuentran la manera de colarse a la sala de extracción,
al ver la luz, -porque son altamente atraídas a la luz, encuentren la manera de
reintegrarse a sus colmenas.
En las
grandes salas de extracción, donde se colectan grandes cantidades de miel de
diferentes lugares, es siempre sabio instalar una ventana falsa, que teniendo
un foco al otro lado, lleve las abejas a una segunda cámara o jaula donde se
agrupen las abejas al buscar salida. Al final del día, el enjambre de abejas a
granel colectado, se pueden instalar en una cámara de cría o algunas alzas, y dándoles
una reina enjaulada, se forma una colmena instantánea.
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