Friday, January 9, 2015



Lección #74


La promiscuidad de la reina


Siempre que se hable de una dama, se tiene por costumbre el hacerlo con tanta delicadeza como sea posible. Si hablamos de una reina, el asunto se nos pone más delicado porque de ellas, depende nuestra felicidad y abastecimiento de lisonjas culinarias y apapaches cotidianos necesarios del buen vivir. Pero mejor, hablemos de una abeja reina y sus deslices que la hicieron volar a aparearse, y que aunque nosotros les contemplemos sus rostros hermosos y grandes ojotes, sus patotas largas y a la vez delicadas, su abdomen y cintura que tanto vuelve locos a los zánganos, la realidad no cambia en nada; entre mas rueda la muchacha entre los bajos mundos de los zánganos, y más son sus víctimas que muertos de placer morirán por tenerla (en términos bíblicos), por poseerla (en términos de telenovela) o matrimoniar  en términos de mi propia madre, entre mas tengan que decir los vecinos de sus escapadas, ella, será mejor reina.
La reina cuando nace, nace ejercitándose y preparándose para sus vuelos nupciales, y las nodrizas, como el entrenador de Rocky Balboa, Mantequilla Nápoles o El Ratón Macías, la acarician, aconsejan, susurran al oído, y la ambientan al mundo donde va a rodar. Me apena decirlo, pero arriba de los apiarios, se congregan artos zánganos chupándose las antenas,  esperando que pase una dama para tomarla, y más pena me da decirlo, ella se lo busca porque va precisamente a buscarlos –¡la desdichada! –no me gustaría ser hermano de esas muchachas.
La reina en los primeros días de su vida, se aparea con cuanto zángano pueda hacerlo, y los zánganos en el proceso, mueren porque se les desprende su miembro (y menudencias), y la reina al regresar después de cada encuentro amoroso, recibe cuidado y limpieza para que efectué otro vuelo, y se repita la historia, una, y otra, y otra, y otra y muchas veces más. De los zánganos nadie habla, porque mueren en el acto del coito y su historia no le ha importado a nadie. Pero, sin buenos zánganos, no hay buena cría, y sin zánganos, no hay cría.
Christina Grozinger, docente de entomología y director del Centro de Investigación de la Polinización de la Universidad Penn State, dice; “Las abejas reinas, hasta ahorita, era conocido que enviaban o aportaban feromonas importantes para la colmena, pero con nuestro nuevo estudio, hemos descubierto que las abejas reinas, no mienten y dan un -reporte honesto-, o fidedigno a la colmena sobre su estatus reproductivo y calidad del mismo. Las reinas están diciéndole a las obreras si se aparean o no, si son fecundas o no, y que ten bien fecundadas están. En otras palabras, les comunican si se fecundaron con muchos machos o no” –explico la doctora Grozinger.
¿Y porque importaría si la reina es o no es de esas muchachas que brincan de petate en petate?  “Si una colmena es dirigida por una reina muy promiscua, o que se aparea con muchos zánganos, esta colmena es genéticamente muy diversa, y por lo tanto, saludable, más productiva y menos disponible a colapsarse” –dice la Doctora Elina Niño de la Universidad Penn State.
En USA, los apicultores se están quejando de que las reinas son remplazadas a unos cuantos meses o días, después de ser instaladas, y las investigaciones de la Universidad Penn State, conducen a que esto está sucediendo, porque las reinas no son tan fecundas o no se aparean con bastantes zánganos y las abejas las tienen que remplazar.
Las Universidades de Penn State, North Carolina State University y la Universidad de Tel Aviv, efectuaron una serie de experimentos con cinco grupos; en un grupo, se inseminaron reinas con pequeñas cantidades de semen para representar las abejas reina mal fecundadas. En el segundo grupo, los estudiados fecundaron con abundante semen para simular una reina bien fecundada,  en el tercer grupo se inseminó con grandes y bajos volúmenes de solución salina, y un quinto grupo, se le dejo aparearse de forma natural.
Los investigadores encontraron que las reinas inseminadas con grandes cantidades de semen o solución salina, son preferidas por las abejas obreras.

No comments:

Post a Comment